Desmintiendo mitos sobre la comida vegana: lo que realmente necesitas saber

¿Te has preguntado alguna vez si la comida vegana tiene suficiente proteína, si es más cara o si realmente es saludable? Si has llegado hasta aquí es porque seguramente has buscado en Google algo como:
¿Qué comen los veganos? ¿Es sana la dieta vegana? ¿Puedo obtener proteína solo de plantas? ¿La comida vegana es cara?
En este artículo vamos a desmentir los mitos más comunes sobre la alimentación vegana, con datos claros y sencillos, para que puedas decidir por ti mismo si este estilo de vida encaja contigo.
3 mitos sobre la comida vegana
Mito 1: “La comida vegana no tiene suficiente proteína”
Este es uno de los mitos más repetidos. La realidad: la proteína vegetal es más que suficiente para cubrir las necesidades diarias. Legumbres como lentejas, garbanzos o alubias, junto con tofu, tempeh, edamame, frutos secos y cereales integrales aportan todos los aminoácidos que tu cuerpo necesita.
Según la Academia de Nutrición y Dietética de EE.UU., una dieta vegana bien planificada aporta todas las proteínas necesarias para mantener la salud.
De hecho, estudios han demostrado que las personas veganas suelen alcanzar los requerimientos diarios de proteína sin problema (Craig, W.J. Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics, 2009).
Conclusión: no es necesario comer carne para cubrir proteínas; lo importante es la variedad.
Mito 2: “Ser vegano es caro”
Se suele pensar que comer vegano implica gastar más, pero en realidad:
Una dieta basada en legumbres, arroz, pasta, verduras y frutas suele ser más económica que una con carne o pescado.
El alto precio suele asociarse a productos procesados “plant-based” (hamburguesas o quesos veganos). Sin embargo, la base de una alimentación vegana es simple y accesible.
Un estudio publicado en The Lancet Planetary Health concluyó que las dietas veganas y vegetarianas pueden reducir costes hasta un 30% si se basan en alimentos naturales.
Conclusión: la comida vegana puede ser más barata y sostenible si eliges productos frescos y sencillos.
Mito 3: “La dieta vegana causa déficit nutricionales”
Uno de los mayores temores al pasarse a una dieta vegana es la deficiencia de vitamina B12. La realidad científica es más compleja:
La B12 es sintetizada únicamente por microorganismos bacterianos, presentes en el suelo, el agua y el intestino de algunos animales.
Los animales herbívoros la ingieren de su entorno o la producen gracias a su flora intestinal. En la ganadería intensiva, muchas veces los animales pierden este aporte natural y reciben B12 mediante suplementación, igual que lo hacen hoy vegetarianos y veganos para prevenir carencias.
Por tanto, la B12 no es “exclusiva de la carne”: su origen es bacteriano, y los alimentos fortificados o suplementos son formas fiables de obtenerla, tanto para veganos como para vegetarianos.
Esta explicación desmonta el mito: una dieta vegana bien planificada no provoca déficit nutricionales inevitables, pero requiere atención a la B12, al igual que la ganadería moderna requiere suplementar a los animales.
Mito 4: “Una persona menos comiendo carne no cambia nada”
Cada pequeño gesto cuenta. Pasarte a opciones más vegetales no solo mejora tu salud, sino que también contribuye a reducir la huella de carbono y el consumo de agua. Una sola comida vegana ya tiene impacto positivo en el planeta.
Cómo aplicar la comida vegana en tu vida
Empieza poco a poco: sustituye la leche de vaca por bebida vegetal, prueba una hamburguesa de lentejas o cambia la carne de un guiso por garbanzos.
Infórmate: busca recetas fáciles con ingredientes que ya consumes.
Planifica tu compra: la base de la dieta vegana está en alimentos frescos, baratos y disponibles en cualquier supermercado.
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